El pintor Luis Gordillo muestra la obra de sus cuatro años de silencio

Luis Gordillo entorno a 1984. Foto: Buades

El artista sevillano expone en Bilbao

Un amplio muestrario de los cuatro últimos años de la obra del pintor sevillano Luis Gordillo fue inaugurado anteayer en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. La exposición fue organizada conjuntamente por el museo y el departamento de Cultura de la Caja de Ahorros de Vizcaya. La muestra recoge lo que ha hecho el pintor desde 1977, cuando se le dedicó una gran retrospectiva en los salones de la Biblioteca Nacional de Madrid y presentó en la galería Vándrés una exposición de lo que entonces era su obra última. Desde esa fecha, las apariciones del artista habían sido fugaces.

Esta situación coincide con una época especialmente densa, crítica y evolutiva, dentro de la trayectoria del pintor, hasta el punto que el Gordillo de hoy poco tiene que ver con el que hasta ahora era conocido por el público, tal y como se desprende del contraste entre sus últimas realizaciones y aquéllas de principios de los setenta que se incluyen en esta exposición de Bilbao para situar el conjunto en un contexto antológico.La tarea de cambio en la que el artista se ha embarcado, y de la que las obras expuestas son testimonio, no se ha dado como resultado de un salto brusco -ni sencillo-, sino que responden a un complicado proceso de momentos encadenados. El volumen de obra y documentación necesarias para una pormenorizada explicación que hiciera inteligible dicho proceso, era algo que excedía a las posibilidades normales de exposición de una galería comercial. De ahí la oportunidad de una iniciativa, como la del Museo-de Bellas Artes bilbaíno, que aporta con esto un testimonio fundamental sobre la trayectoria de uno de los artistas españoles más controvertidos e influyentes de los últimos tiempos.

El magnífico espacial habilitado a tal fin, que corresponde normalmente a la ubicación de las colecciones de arte contemporáneo del museo, ha permitido plantear con claridad una exposición que era muy ambiciosa en cuanto a su intención didáctíca. El complejo proceso evolutivo al que antes áludíamos se ha querido mo trar aquí de la forma más explícita posible, marcando cada paso, según sus obras, mostrando las conexiones que cabe establecer entre los diversos apartados, que además se acompañan de una amplia documentación de trabajo (dibujos, bocetos, fotografías, pruebas de imprenta, objetos) o de obras que siendo anteriores resultan un precedente, un punto de partida que posteriormente ha servido para salvar un obstáculo, para efectuar una conexión.

Experiencia imprescindible

«Se trata con seguridad», nos declara el pintor, «de la exposición que más me gusta entre todas las que he presentado hasta ahora; incluso más que la de la Galería Maeght de Barcelona. En parte, el haber elaborado ya un número considerable de grandes exposiciones (Maeght, Biblioteca Nacional) me ha dotado de una experiencia imprescindible a la hora de ordenar un gran volumen de obras en un espacio. Eso se ha llevado aquí hasta el límite. He pasado por una época que se caracteriza por la existencia de mucho trabajo subterráneo. Los cuadros son sólo la punta de un iceberg en el que a veces los pasos intermedios resultan, en definitiva, más interesantes. Me parecía necesario que eso se viera, y por ello agradezco la oportunidad que me han brindado el Museo de Bellas Artes y la Caja de Ahorros, cuya colaboración ha sido en todo momento extraordinariamente activa y generosa».Por su parte, Leopoldo Zugaza nos dice: «La elección de Gordillo parte de una propuesta de Mari Puri Herrero. El museo necesita recibir información artística de cualquier lugar, siempre que sea transmitida por obras de calidad reconocida. En este caso se daba la calidad y, además, se trata de un hombre que ha influenciado notablemente a un cierto sector de pintores. El acudir a sus epígonos sin conocerle a él previamente en profundidad, y máxime con la oportunidad que ofrecía este momento de su evolución, sería desinformar al público. Y además, lo escogimos por ser sevillano, porque queremos mantener contacto con la actividad cultural de todas las demás áreas del Estado».

La exposición se acompaña de un catálogo, ideado por Luis Gordillo, que no es uno de esos habituales compendios,documentales, sino un libro-objeto, creación paralela que redunda en la comprensión de su proceso de trabajo.

EL PAIS / FERNANDO HUICI, – Bilbao – 17/09/1981

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