GALLARDO Y PEREÑIGUEZ. DOS VUELTAS DE TUERCA A LO POPULAR

José Miguel Pereñiguez

Estos jóvenes pintores inauguraron ayer sendas muestras individuales en las galerías sevillanas Birimbao y Félix Gómez.

Comienzan a abrirse hueco. María José Gallardo y José Miguel Pereñíguez son dos jóvenes artistas sevillanos con gran proyección en el panorama pictórico de la ciudad; ayer ambos inauguraron en distintas galerías de la ciudad, ella en Félix Gómez y él en Birimbao, sendas exposiciones en solitario.
En el caso de José Miguel Pereñíguez, diecisiete son las pinturas que recoge la galería de la calle Alcázares de la más reciente producción de este joven de 27 años. Bajo el título Brut Nature, el pintor juega con la iconografía popular como lo demuestran desde su mapa de Andalucía cosido sobre piel hasta su triángulo divino construido a base de cañas rocieras o sus dos mujeres cual modelos del cartel de fiestas mayores con cresta estilo punk y smilys en los mantones. "Crear a partir de los elementos de la tierra te da la posibilidad de suscitar inquietud en el que mira. Lo cotidiano puede llegar a ser lo más chocante", explica el autor, quien niega moverse por intereses transgresores o provocativos.

Su devoción por lo local y vernáculo, que extrae de su contexto y somete a filtro, es para Pereñíguez todo un símbolo de modernidad. "Este recurso ya fue utilizado por los artistas locales de los años 70 y 80 [como recuerda en una exposición actualmente en exhibición, Vivir Sevilla, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo], pero se ha hecho tabla rasa de ello y hoy en día es prácticamente desconocido por la mayoría de la ciudadanía", indica.

En cuanto a las técnicas empleadas, se observa en los lienzos de la galería Birimbao un viraje de los blancos y negros que poblaban los óleos que Pereñíguez exponía hace algo más de un año en la sala Concha Pedrosa a las pinturas repletas de color que ahora renuevan su obra. El artista aparca así su atracción por el dibujo para explorar la faceta del color como elemento de representación en la pintura. "No me mueve un sentido estético o psicológico, sino su uso como configurador del espacio, del volumen, de la realidad", explica.

Aunque sin vocación generacional, Pereñíguez constata la formación de un grupo de jóvenes artistas sevillanos que buscan en la identidad de grupo una vía de escape para sacar su obra adelante. Entre ellos, cita a Cristóbal Quintero, Rubén Guerrero, Miki Leal, Ramón David Morales o la propia María José Gallardo.

Amiga y en cierto modo compañera de grupo –a ella no le gusta hablar de generaciones–, María José Gallardo comparte intereses con Pereñíguez. Tan implicado está su día a día con el de sus amigos y cofundadores del espacio expositivo Sala de eStar (C/ Trajano), que cuando habla de su propio trabajo, expuesto en la galería Félix Gómez, no puede evitar deslizar un "nosotros" una y otra vez.

Esta extremeña de nacimiento, afincada en Sevilla, donde se licenció en Bellas Artes, asegura que la ciudad reúne una gran cantidad de pintores "más vivos que nunca". "En Sevilla se ha desarrollado mucho la figuración y el color. Vivir aquí te marca y te lleva a asumir lo antiguo, para fundirlo con lo moderno".

Maria José Gallardo Soler

La muestra que inauguró ayer, Para beber directamente del chorro, reúne cinco pinturas de gran formato y dos series de pequeños óleos. Félix Gómez le propuso exponer en su galería de la calle Morería, tras conocer su trabajo directamente en Sala de eStar, donde acudió invitado por Guillermo Pérez Villalta.

En esta nueva muestra, cuyas obras son todas inéditas en Sevilla, Gallardo ahonda en sus temas y técnicas característicos. Apasionada por el cómic y, sobre todo, por el mercadillo de la Alameda en el que compra revistas, postales y guías de amas de casa, la joven artista da una nueva vuelta de tuerca a su visión del universo femenino con estas obras. Mujeres que tejen mientras los esposos leen el periódico; modelos que se depilan o maquillan; constelaciones de joyas, broches y pintalabios son sólo una pequeña parte de sus pinturas. Porque en sus obras los fondos y las tramas son tan importantes o más que los motivos narrativos. Y éstos son los que remiten libremente a formas y texturas de estandartes de Semana Santa o mantos de vírgenes, eso sí, compuestos por elementos novedosos como ramas, rostros y frutas.

"En mi casa me dicen que soy el espíritu de la contradicción", dice divertida. Pero ella no contradice la tradición; al contrario, la reinterpreta y marca con su sello, novedoso y creativo. Si no nos creen, fíjense tan sólo en su cambiante firma y sus pegatinas reflectantes.

A.Almárcegui / I.Sanchéz. Diario de Sevilla

Deja una respuesta