Juan Lacomba: «Nunca he sido un pintor postmoderno»

Juan Fernandez Lacomba

Juan Lacomba ha desvelado por fin el secreto mejor guardado de su obra pictórica: la acuarela. Desde hoy, en la galería Birimbao de Sevilla presenta veinte obras que ha realizado desde 1990 hasta la actualidad. Como él mismo dice, «nunca he dejado de hacer acuarela, pero también es verdad que es la primera vez que las expongo».

El porqué de este retraso voluntario a mostrar su obra acuarelística es debido, según Lacomba, «un poco por pereza y otro porque me aburre mucho el panorama actual».

Sorprende quizás estas declaraciones de un pintor siempre comprometido, tanto con su obra como con su entorno, « pero es que ahora parece que lo que importa es la escena, y esa no es la misión del artista. El arte tiende a desaparecer como categoría, y es algo más que lenguaje y comunicación en esta sociedad del espectáculo. El arte debe ser primero creación, y en muchos casos se ha convertido en una simulación», asevera.

Quizás por ello para Juan Lacomba las únicas propuestas interesantes se deben a esfuerzos personales, «el arte en Andalucía es de cuarta regional y muy imitativo. Es, salvo excepciones, producto de una sociedad acomplejada que al mismo tiempo pierde sus señas de identidad. Los jóvenes creadores tienden a mirar de soslayo lo que ocurre en otros lugares, y eso es empobrecedor. La verdad es que somos un país colonizado también en el arte. Yo muchas veces pienso, ¿después de la botellona, qué? ¿Quienes van a ser en el futuro nuestros interlocutores? Da miedo».

Juan Lacomba es un «cultivador» de la pintura, «aunque ha estado muerta, enterrada, resucitada, lapidada, pero parece que ahora vuelve otra vez, aunque yo nunca me he dedicado a otra cosa. Lo que se mueve no me interesa», sentencia.

Huir del nihilismo

Interesado por la naturaleza, «porque es lo único que no está pensado por alguien», quiere volver con esta exposición a la fisicidad, a la sensación de valorar los sensitivo huyendo del nihilismo tan en boga hoy día en donde el producto de la escena es lo que interesa y no los contenidos, «eso es un guiño perverso que se da en el arte constantemente».

Su obra acuarelística está estrechamente ligada a la naturaleza, incluso con referencias geográficas, «unos corresponden a Cazalla, otros a la serranía de Ronda, a la Alta Saboya e incluso a Doñana».

En estos momentos del siglo XXI, parece extraño y casi inusual que un artista calificado como contemporáneo y dentro de los movimientos influenciados por la nueva creación de los ochenta, cultive la acuarela, aunque para Lacomba la razón principal de esta técnica en su obra, es transportar la misma energía que utiliza para el óleo. «Ha habido una enorme tradición de acuarelistas, sobre todo podemos referirnos a Turner y su paisajismo. En España no existe esta tradición quizás por la importancia de la figura en nuestra pintura».

Juan Lacomba recuerda a Paul Klee, «sobre todo cuando dice eso de que el arte no representa, sino que hace visible y es revelador. Yo pretendo llegar a esa inducción con mi obra, aunque ello signifique el enfrentamiento directo con el motivo».

Postmodernismo

Desde hace algunos años Juan Lacomba dedica también parte de su tiempo a la enseñanza, «por pura necesidad, porque para mí es preciso vaciarme, y además porque todo lo que uno no da, se pierde».

Su estabilizada relación con la ciudad es como la de un «divorcio civilizado», «pero siempre vuelvo, aunque necesito salir, eso es imprescindible y obligatorio para un artista».

A sus casi cincuenta años, cuando echa la vista atrás no quitaría nada. «He pagado muy caro ser independiente como soy hoy día, carísimo. Pero estoy donde quería estar».

Pero confiesa que sí, que es difícil ir por libre, «nunca he sido postmoderno, sino más bien un pintor más de culto. Yo no quiero estar por el mero hecho de estar sino porque tengo proyectos».

MARTA CARRASCO // ABC SEVILLA

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