«Mi generación ha vuelto a la pintura sin complejos» Cristóbal Quintero en la Galería Birimbao

Cristóbal Quintero. Foto ABC. KAKO RANGEL

Cristóbal Quintero (1974. Pilas), es uno de estos jóvenes creadores de las últimas generaciones que han regresado a coger los pinceles por encima de otras disciplinas que hasta la fecha habían inundado la estética de la creación artística.

Quintero presenta en la galería Birimbao de Sevilla sus últimas creaciones bajo el título «La colisión permanente», en donde los cuadros plantean dos universos diferentes, una dicotomía que sin embargo consigue tener una lectura conjunta e individual al mismo tiempo. En su obra, el artista, otorga especial importancia el collage, y en algunos cuadros ha llegado incluso a aislar cada espacio del mismo, aunque no en este caso.

El pintor, que coincide en generación artística con nombres como Pereñíguez o Miki Leal, afirma que, «las últimas generaciones hemos vuelto a la pintura sin complejos. No nos planteábamos otra cosa cuando estudiábamos en la facultad, al menos, no mi entorno. Nosotros nos dimos cuenta de que con la pintura podíamos expresar lo que queríamos. La verdad es que debemos ser incluso raros (se ríe), porque llegamos a la pintura después de tanto arte conceptual, tanto vídeo, todo tan frío…», dice.

El artista intenta que sus cuadros sean una narración abierta, «creo que la gente debe ver lo que desee en cada lienzo y no dejarlos cerrados. No me asustan las críticas, las leo e incluso las tengo en cuenta, sobre todo las que me hacen mis amigos pintores», afirma.

La inspiración

Sin tener referentes claros en la pintura, el artista quiere integrar varios lenguajes expresivos en su obra, «a veces veo un árbol que parece sacado de una pintura del XVII, o un detalle que es pura abstracción o puro naturalismo. No me resisto a ser inspirado por diferentes estilos porque al final en la obra todo está integrado». Su trabajo se realiza por series y cada una de ellas se compone de quince a veinte cuadros, «pongo fin al cuadro cuando él lo dice y con la serie me parece igual, como algo natural».

Diseñador gráfico como oficio mantenedor de su vida cotidiana, va dejando paulatinamente este trabajo para vivir exclusivamente de la pintura, «aunque para mí el diseño también es creación».

En su pueblo de Pilas hay cuadros de su primera época, «algunos son de la facultad, otros retratos, no muchos, que hacía por conseguir un dinero», pero no ha querido salir de Sevilla, «al menos de momento. Cuando sales de la facultad te das cuenta de que en tu estudio está la verdadera pelea». Se confiesa un «destrozón» y emborrona incluso hasta cuadros catalogados, «les cojo coraje a algunos y a veces puedo ver un cuadro en casa de alguien y pensar en decirle: te lo cambio».

Su próximo proyecto será presentado en la feria de arte«Just Madrid» este mes.

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MARTA CARRASCO

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