Pablo del Val: «El arte no es una cuestión de gusto, sino de visión»

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Pablo del Val, asesor artístico y director de la consultora de arte ABV Arte, es, junto con su socia Rocio Bardín, uno de los primeros expertos asesores en arte contemporáneo. Su vinculación con este mundo le viene de familia y comenta -en entrevista con Gustavo Pérez de ARTEINFORMADO- que esto le he ayudado a educar el ojo. Ha conseguido lo que para otros es un sueño: hacer de una afición su trabajo. Un trabajo que, eso sí, le ha obligado a cambiar de gusto en más de una ocasión a lo largo de su ya dilatada carrera profesional. Por que, como nos recuerda "el arte no es una cuestión de gusto, sino de visión".

A su labor como ex-director de dos galerías de arte, hay que sumarle el lanzamiento y dirección de la Feria de Arte Contemporáneo Expoarte Guadalajara (México) y la creación de diversas colecciones para empresas y particulares. Entre sus principales proyectos sobresale la creación de la Colección VAC (Valencia Arte Contemporáneo), una de las más relevantes colecciones de iniciativa privada formada en España en los últimos años, actualmente depositada en el IVAM, quien le dedicó una exposición a finales de 2006. También asesora a la Colección Inelcom de Arte Contemporáneo, que gira en torno a la comunicación e incomunicación de los seres humanos, y asume la dirección artística de la Colección H3 Arte, perteneciente a un grupo familiar no identificado.

A nuestra primera pregunta (¿Por qué coleccionar arte contemporáneo?) responde con la cita literal que aparece en la página web de la asesoría (www.abvarte.es) y que dice así: "Formar una colección de arte contemporáneo es un proyecto fascinante a medio y largo plazo".

Para Pablo del Val, el mercado del arte se mueve muy deprisa y por ello hay que ser muy profesional, tener una información actualizada y precisa de todo lo que circunda a este mundo. No hay que dejar de viajar, visitar las ferias más prestigiosas, tratar con los galeristas y tener información de primera mano, casi diaria, de lo que sucede en el mercado, por lo que -como él reconoce- "los contactos son muy importantes en este negocio". Cuando un coleccionista contrata sus servicios -asegura a ARTEINFORMADO- es porque busca acceso a un mundo y a una información que de otra manera le sería imposible obtener: un As en la manga que sólo poseen los asesores de arte. Un asesor -sentencia- es la persona que puede ayudar a un coleccionista serio a no cometer errores en un mercado de creciente complejidad. Y añade una convicción más: "el consultor es cada vez menos prescindible, teniendo en cuenta lo rápido que cambia el mercado".

Pero, ¿cómo elige ABV -y Pablo- a sus clientes? "Lo más importante a la hora de elegir a un cliente es que éste sea una persona seria, que se deje asesorar, para determinar juntos el perfil de colección que se ajuste a sus características específicas". Del Val nos añade que le gusta que el cliente sea una persona "de fiar", pues de esta confianza nacerá lo que será una gran colección. Descarta al coleccionista especulador, pues asegura "no estar aquí para especular, sino para asesorar". Y recuerda "que un asesor se juega su credibilidad, en cada pieza, y en cada colección que crea para un cliente".

Unas recientes declaraciones de su socia Rocío Bardín, publicadas en la Revista AD (Architectural Digest), vienen a confirmar lo apuntado por Pablo. "Dada la cantidad de gente que adquiere para especular y vender -señala Rocío-, las galerías tienen mucho cuidado de a quién venden ya que la carrera de sus artistas depende mucho de la calidad y seriedad de las colecciones dónde están ubicadas sus obras, y si no te conocen, no te venden. Hay tanta demanda, que se lo pueden permitir”.

ABV Arte realiza sus compras, mayoritariamente, en el sector primario, pues "esto es muy determinante para la buena salud del mercado, ya que con ello lo que se hace es apoyar al creador, que no deja de ser la pieza clave de todo este engranaje". En palabras de Pablo del Val "el mercado secundario no ayuda al desarrollo profesional del artista, este mercado tiene otros usos y costumbres, que no casan con la filosofía de su negocio de asesoría" aunque aclara, a continuación, que si un cliente está interesado en algo muy concreto, que sólo se puede encontrar en este mercado, se acude a él, porque ante todo está el servicio al cliente.

¿Su opinión sobre los mercados emergentes -China, India, …-? "Todavía son mercados jóvenes, a los que queda mucho recorrido por andar, … habrá que seguirlos de cerca, pero no hasta el punto de obsesionarse por ellos, o pensar que todo pasa por ellos". Constata y reflexiona: "el coleccionista chino compra mucha obra occidental y es un asiduo de las subastas, … este es su modus operandi hasta la fecha, … habrá que ver si esto se mantiene o cambia". Para Del Val, debemos mirar también hacia otras latitudes, como América del Sur, a la que dedica palabras de admiración y elogio, y no escatima calificativos positivos a la hora de referirse a los artistas latinoamericanos.

Cambiando de asunto nos centramos en el coleccionista y le preguntamos sobre los diferentes tipos de ellos que visitan su oficina. Destaca su variedad: agrupaciones de empresarios (VAC), empresas (Inelcom), instituciones, grupos familiares (H3 Arte) o coleccionistas particulares. Todos tienen sus particularidades, ninguno es igual al otro, se mueven por diferentes inquietudes, "aunque la gran mayoría -asegura Pablo- coleccionan arte por puro disfrute, … la revalorización es un plus, en el que el asesor juega un papel muy importante y ayuda a no cometer errores, tanto de gusto como pecuniarios”. Este punto es fundamental, pues "nadie compra una obra para perder dinero", aunque matiza de inmediado advirtiendo que no se puede estar únicamente pensando en la revalorización de la pieza que se adquiere, ya que ésto es una política errónea que provoca no pocos disgustos, y dolores de cabeza.

Tras la creciente exhibición de colecciones privadas en museos y centros de arte (VAC en el IVAM, Abelló en el Thyssen, Plácido Arango en el Museo de Oviedo, Ródenas en el Conde Duque, … ), le preguntamos si la exhibición es el fin natural del coleccionismo. Su respuesta: "No".

La proximidad de ARCO, y su deriva internacional junto a la elección de Brasil como país invitado, nos lleva a solicitar su opinión. "Es una decisión que había que tomar, … algo necesario que sirve para darle mayor calidad a la feria, … la competencia cada día es mayor, … lo que pasa en Arco sucede en otras ferias internacionales del mismo nivel, … y nadie se rasga las vestiduras". ARCO -concluye- "debe encontrar su lugar, debe posicionarse en el mercado, necesita tener un sello propio, … ello debe servir para alcanzar el objetivo futuro de atraer, edición tras edición, a más coleccionistas extranjeros y hacer regresar a los coleccionistas nacionales, que se han ido marchando paulatinanmente a otras ferias, donde posiblemente satisfacen mejor sus necesidades a la hora de adquirir sus obras. Un reto díficil pero muy atractivo el que tiene por delante la actual dirección de Arco". Y sobre Brasil, no hay dudas: "Es un acierto y una magnífica elección". Y vuelve a insistir en el potencial creativo de América del Sur y, en este caso, de Brasil.

Y de la crisis, ¿qué? La entrevista se produce en la última semana negra de las bolsas mundiales, noticias que no parecían preocupar en exceso a Pablo del Val, quien, no obstante, precisaba que el coleccionista medio podría verse algo afectado en sus ahorros y que su bolsa disponible podría no ser la de otros años. Entre tanto, mantiene su confianza en el gran coleccionista, privado o corporativo, que -asegura- no tendrá ningún problema en gastar lo que tenía previsto antes de que la crisis llamase a la puerta.

Sobre los museos y centros de arte, abiertos en los últimos años en España, Del Val prefiere comentar los éxitos y se refiere al MUSAC leonés, del que asegura ser "un claro ejemplo de cómo se pueden hacer las cosas con rigor y profesionalidad desde centros periféricos y llegar a ser una referencia nacional”. Y añade -de forma genérica- que "los centros culturales hacen una gran labor pedagógica dentro de la ciudadanía".

Y volvemos al coleccionismo privado: ¿qué papel tenemos como país? Se queja de la falta de figuras de la talla de un Pinault, pero, por otro lado, no oculta su satisfacción al ver cómo cada vez hay más gente que invierte en arte, lo cual en un negocio como el suyo, es una más que una buena noticia.

Por Gustavo Pérez Diez – ARTEINFORMADO.

http://www.arteinformado.com

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