Protesta por el uso de la vía pública para la exposición de 21 estatuas de Botero

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La exposición de las gordas esculturas del artista colombiano Fernando Botero, ha atraído en pocos días a millares de personas al paseo de Recoletos, pero entre los profesionales del arte ha levantado un fuerte resquemor el uso de la vía pública. Lo achacan a una política municipal "populista". Sin embargo, el concejal de Hacienda, Fernando López Amor, expresaque compraría las 21 esculturas, como están instaladas, por 3.000 millones de pesetas. La edil de Cultura, Esperanza Aguirre, juzga que la propuesta de su compañero en el Ayuntamiento del PP no es prioritaria.

Un paseo protesta por delante de las 21 esculturas instaladas en Recoletos después del mediodía sirvió como manifiesto de un centenar de artistas, actores y galeristas contra lo que entienden como un acto 'Favoritista" del Ayuntamiento de Madrid, que patrocina esta exhibición junto a Cajamadrid.La galería Marlborouglí, que representa al artista colombiano, indicó ayer a la agencia Efe que la venta de casi la mayoría de las 25 acuarelas de Botero en pocos días es "un éxito, aun más importante si se tiene en cuenta la crítica situación que atraviesa el mercado del arte mundial". Los convocantes, sin embargo, juzgan "favoritista" que la calle se convierta en una prolongación de una galería.

El artista, por su parte, ante la acogida de los madrileños, ha decidido donar una escultura a la ciudad, para lo que se ha abierto una votación pública. La galerista Soledad Lorenzo explicó, al tiempo que se manifestaba por Recoletos, que no es habitual organizar una prohibición de escultura sin un programa consecuente: "Se compra una idea porque ya se ha hecho en París y Nueva York".

Artistas como Luis Gordillo, Antón Patiño, Eva Looz y Guillermo Paneque; galeristas: Norberto Dotor, Margarita de Lucas y Eduardo Navascués, o el cantautor Ricardo Solfa asistieron a la protesta portando reproducciones del escultor Alberto Giacometti.

Los paseantes que desfilaban por el carril Botero -el Ayuntamiento ha condenado el carril-bus entre las plazas de Colón y Cibeles para que la gente pueda ver la exhibición, un extremo también criticado ayer- no entendían el significado de la protesta: "Parecen zulúes", comentaba un señor, mientras una familia entera se subía a una escultura para fotografiarse. El artista se ha mostrado conforme con que el público pueda tocar las piezas.

Los artistas y galeristas están preocupados por la falta de criterios del patrocinio público: "Ésta no es la vía para introducir al público en el mundo del arte", indicaba el galerista de Fúcares, Norberto Dotor. Y advertía sobre la desproporción de los precios de la obra de otros artistas con los 200 millones que Aeropuertos Espafioles y Navegación Aérea (AENA) va a invertir en adquirir tres de las piezas exhibidas.

Los convocantes quisieron dejar claro que el paseo dominical no estaba dirigido en absoluto contra Botero. Y se definen como "guerrilla cultural".

LUCIA ENGUITA, – Madrid – 16/05/1994

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