‘Viajeros’. Jesús Palomino, Chema Alvargonzález y Jacobo Castellano

Incluida en la serie ‘Condiciones de trabajo’ de la Fundación Cajasol, la muestra exhibe obras de Chemas Alvargonzález, Jacobo Castellano y Jesús Palomino.
 
Condiciones de trabajo. Viajeros es el título de la muestra que, desde ayer y hasta el próximo 16 de noviembre, exhibe en dos de las salas de la Fundación Cajasol, Imagen y Chicarreros, la obra de tres artistas andaluces en torno a "las prácticas de desplazamiento material", que a menudo se convierten en "motivo de inspiración", según palabras del comisario de la exposición, Francisco del Río.

Chema Alvargonzález (Jerez de la Frontera, 1960), Jesús Palomino (Sevilla, 1969) y Jacobo Castellano (Jaén, 1976) son los protagonistas de la oferta, que da continuidad al proyecto de reflexión "sobre la actividad artística en Andalucía" iniciado el pasado año por la Fundación con Imágenes de la pintura. El pintor en su estudio. Presentada en el Museo de Cádiz, aquella mostraba trabajos de Guillermo Pérez Villalta, Curro González, Miki Leal, Jesús Zurita y Ramón David Morales en un intento de repensar "el estudio del pintor como lugar de creación mental". En Viajeros, por contra, prima la idea del movimiento, del desplazamiento, y las condiciones de trabajo que ello acarrea. Es una exposición "llena de sugerencias sobre el trabajo, el viaje y las prácticas comunitarias en el arte", remarca Del Río.

En la sala Imagen puede verse la obra de Chema Alvargonzález, Baile de una oscuridad, una videoinstalación con seis proyectores sincronizados -cuatro en una pared y otros dos enfrentados- en un loop de 21 minutos de duración.

Alvargonzález, actualmente con residencia a caballo entre Berlín y Barcelona, asegura haber partido de "la idea de viaje, de recorrido" por "los espacios que alberga mi memoria de cuando era pequeño en Jerez y Cádiz: la gente paseando por la playa, los trigales, las azoteas y las antenas…". Para ello ha contado con la colaboración de Antonio El Pipa. "Le planteé esos elementos y aunque él no está acostumbrado a trabajar con un argumento su creación le salió de dentro", dice.

Las imágenes del bailaor en diversas localizaciones se mezclan y superponen a las de paisajes urbanos y rurales. También marinos: una de las pantallas mantiene una grabación de una gran roca azotada por las olas. "En esta época de globalización, parece ya que todos conocemos todo. A nadie le resulta exótico hablar de China, pero hablar de nosotros nos cuesta", reflexiona.

En Chicarreros pueden contemplarse las obras de Jacobo Castellano y Jesús Palomino. El primero ofrece Cuadrilátero / Nada que decir, una instalación a modo de ring pugilístico. "Uso el ring como un espacio cerrado de violencia, como un icono, pero no tengo un interés especial por el boxeo", explica el jiennense, quien considera que mantiene en esta pieza "la idea de la violencia que siempre subyace en mi trabajo". Sobre la inspiración, remite a un viaje a Pompeya y a la idea de los sepulcros de lava como "lugares idílicos […] sin ruido, de temperatura ideal", en contraposición al ring como marco de hostilidad.

Por su parte, Palomino pretende unir los dos puntos de reflexión de la muestra, las condiciones de trabajo y el viaje, con un documental proyectado en dos pantallas. En una se muestra una serie de entrevistas con diversos personajes vinculados al ámbito de la creación artística, a los que se interpela por sus condiciones, mientras que en la segunda aparecen "las condiciones en las que nosotros trabajábamos durante el rodaje". Éste se realizó junto al acantilado Dún Aengus, en la irlandesa isla de Inis Mor, con una caída en vertical de cien metros. "Creaba una tensión que me gustaba", asegura el autor, para quien ésta ha sido su primera experiencia fílmica.

 

Blas Fernández

DiariodeSevilla.es: 21/10/2008

  

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